La conciliación entre la vida familiar y la profesional a veces se complica más de la cuenta, aunque no queramos. Preste mucha atención este asunto para poder afrontar un futuro más feliz.
Resumen |
- El entorno actual.
- Lo que no tengo es tiempo.
- Lo que no tengo es dinero.
- Lo que no tengo son ganas.
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El entorno actual
Efectivamente, desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche estamos sometidos a continuas exigencias del entorno que nos rodea, entre otras muchas, nuestra vida familiar y nuestra vida profesional. A veces la falta de tiempo, y mucho más importante, la falta de atención a las señales que nos envía el medio donde nos desenvolvemos nos hace no valorar la situación de la mejor forma posible. Esta falta de información provocada por nuestra falta de atención nos puede llevar a equívocos al no realizar un correcto análisis de la situación. La conclusión es que conciliar la vida familiar y laboral se torna en una cuestión de tiempo y por tanto en la correcta gestión que hacemos de él. Si usted es un emprendedor que organiza su propio negocio no debe de dejar de prestar atención a la información del medio que le rodea. Esto le ayudará a comprender mejor su realidad y le permitirá adecuar su vida familiar y su vida profesional. La conciliación no se establece como una moda, sino más bien como un perfecto mecanismo para mantener la salud mental. No necesariamente hay que elegir entre la vida profesional y la vida familiar.
Lo que no tengo es tiempo
Claro, si lo que a mí me gustaría es tener tiempo para todo, pero… Esta es la típica frase que muchos de nosotros y nosotras decimos para justificar esta situación. “Si no trabajo tantas horas, no saco el trabajo adelante…”. Al final como descuidamos el entorno familiar, este se vuelve cada vez más salvaje y difícil de dominar. Esa situación nos va estresando poco a poco hasta que los niveles de agresividad son cada vez más elevados. Poco a poco nos iremos refugiando en el trabajo para poder mantener nuestra salud mental y dedicaremos nuestra atención a otras cosas alejadas del entorno familiar. Al final la ruptura entre ambas realidades se hace más que evidente. No es necesario llegar a tal extremo. Debemos de ser conscientes de lo que queremos en nuestras vidas y si, lo tenemos muy claro que no queremos una familia porque es más importante nuestro trabajo, ¿para qué formamos una familia?. ¿Porqué no tomamos las decisiones adecuadas cuando estamos a tiempo?. Inercia, costumbres, modas, etc… hacen que no controlemos suficientemente nuestra vida. Si hemos decidido formar una familia, debe de ser una decisión consecuente, en la que seguramente dejemos pasar oportunidades laborales para recibirlas de nuestro ámbito familiar. El correcto manejo del tiempo nos va a permitir conciliar de una forma más natural y sencilla.
Lo que no tengo es dinero
Claro, lo mejor es disponer de mucho dinero para poder contratar a muchas personas que puedan hacer el trabajo y así tener tiempo para poder conciliar, si es usted empresario o empresaria. Pero, ¿una empresa en la que concilia sólo el jefe es una empresa sostenible?. Realmente debe de existir en las empresas una clara política conciliatoria, y eso debe de quedar reflejado en los planes de la empresa. Si nuestra empresa concilia es más duradera en el tiempo que si no concilia, así de sencillo. El dinero, por tanto, es sólo un medio para conseguir ciertas cosas, si bien, no es la solución en sí misma. Depende de nuestros pensamientos, mentalidad, creencias, etc… el crear empresas conciliadoras. La tecnología puede ayudarnos y la actual política empresarial orientada a resultados nos viene perfecta para encajar ambos mundos. Teletrabajo, comunicaciones, facturas electrónicas, etc…
Lo que no tengo son ganas
Perfecto, sea usted sincero consigo mismo y no se deje arrastrar por modas. Si la familia a la que usted pertenece acepta esta premisa, usted es un afortunado porque su mundo le permite hacer lo que usted realmente quiere. Usted no necesita conciliar nada de nada y su entorno así lo acepta. La televisión, los medios publicitarios, Internet, etc… se van a encargar de que usted dude de ese principio y valore ambos sistemas. Le hablarán de las enormes ventajas que se producen al conciliar la vida laboral y la vida familiar y esto hará que no se sienta bien. Cuando empiece a dudar de sus criterios, seguro que más de algún ser que le rodea, y arrastrado por la moda, empezará a hablarle sobre los beneficios de la conciliación y usted al final quedará atrapado entre su mundo y el de los demás. Y claro, eso de no pertenecer a un grupo… Uhmm, digamos que no es muy bueno, ¿no? Realmente, si no quiere usted estar sometido a esta presión, lo mejor es que tenga argumentos de peso para contrarrestar todo lo que se le viene encima. Y así tendrá que aguantar hasta que se pase esta moda, o se convierta en una costumbre. Con este panorama es difícil no tener ganas…
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