Cada vez toma más fuerza el debate entre el software libre y el software propietario, pero para una PYME, ¿realmente tiene relevancia ese debate?
Resumen |
- Las ventajas que nos proponen. - Licencias gratis. ¿Y lo demás qué?. - La posibilidad de modificar el programa a mi gusto. - La realidad: una guerra por el mercado.
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Artículo publicado por Microsoft. Véalo pulsando aquí.
Las ventajas que nos proponen
Son innumerables las web’s que tratan sobre las ventajas e inconvenientes del software libre y el software propietario o privado. Fundamentalmente, y por no extenderme, las ventajas que ofrece el software libre frente al privado, entre otras son:
- Las licencias suelen ser muy baratas o gratis
- El acceso al código fuente es totalmente libre y permite modificar el programa a gusto del usuario.
Bueno, en un principio parecen grandes ventajas, pero, ¿para quién son esas ventajas?.
Licencias gratis. ¿Y lo demás qué?
Si nos fijamos en que las licencias normalmente son gratuitas y navegamos por Internet buscando software gratis, descubriremos que existen infinidad de opciones gratuitas tanto de software libre como de software propietario. Entonces, ¿porqué se nombra como ventaja del software libre frente al privado?. ¿Quizás algunas empresas están interesadas en captar nuestra atención con la palabra gratis para que probemos su software?. Da igual, esto no forma parte del debate.
Prestemos más atención. La mayoría de los programas con éxito del software libre tienen varias versiones, una de ellas, la gratis y el resto de pago, con más funciones, mejor servicio, etc… Y por supuesto que los servicios asociados a la instalación, mantenimiento y modificación los cobran a sus clientes. Pero eso no forma parte del debate. No interesa.
¿No será una forma de hacer marketing en un mercado tan competitivo como es la fabricación del software?. Y además, y más importante, ¿esto qué ventaja tiene para una PYME?. Pues prácticamente ninguna.
Si podemos conseguir software gratis, que no pirata, en Internet, tanto libre como privado, qué más da una opción que otra. Nos da igual el que sea libre o privado el software, mientras sea gratis.
Aunque realmente instalando software gratis algunas veces puedo solucionar algún que otro problema, en demasiadas ocasiones resulta que cuando quiero resolver mis necesidades ya no lo tengo tan fácil con el software gratis. Y esto es porque muchas veces gratis no significa lo mejor o lo que realmente necesito para mi empresa. Por tanto, asociar gratis a bueno para mi empresa, puede que no sea realmente un buen pensamiento, como parecen empeñados en hacernos creer.
La posibilidad de modificar el programa a mi gusto
Sigamos analizando la frase que nos ocupa. Decíamos que el software libre permite la modificación del código fuente sin pedir permiso a nadie. Efectivamente eso es así, pero, ¿qué PYME dispone de un departamento informático o el conocimiento o el tiempo necesario para hacer esas modificaciones?. Pues muy pocas por no decir ninguna. Por tanto, si queremos modificar algo del código fuente tendremos que contratar los servicios de algún experto con tiempo y conocimientos necesarios para que nos haga esas modificaciones. Y eso no es gratis.
Aunque en el software libre puedo elegir teóricamente entre muchos proveedores para contratar esos servicios, realmente luego no es así. En la práctica existen, al igual que con el software privado, empresas que son certificadas como aptas para poder ofrecer esos servicios por los líderes que gobiernan las directrices del programa libre en cuestión que queremos modificar. En el caso del software privado, me tengo que aguantar y recurrir a alguna de las empresas que ha certificado el fabricante para poder realizar modificaciones en el programa que he comprado.
Eso sí, cualquier programador sin estar certificado puede realizar cambios en el código fuente del software libre, pero realmente, dar con ese programador, puede ser un auténtico dolor de cabeza, o ¿usted conoce un programador serio y responsable para modificar ese programa de gestión que ha instalado en su ordenador y que salga todo estupendamente y sin problemas?. Claro, me temo que no conoce a esa persona. Con lo que a la idea de poder modificar el programa a su gusto, se le olvida ponerle la coletilla de pagando por supuesto y eligiendo un buen programador. Y como siempre, buenos programadores hay de software libre y buenos hay de software privado, pero malos también.
Y si encontramos a un buen programador y nos hace esos cambios, ¿qué pasará cuando la parte principal del programa sufra modificaciones?. Pues que cada vez nos costará más estar actualizados. En definitiva, o nos aguantamos con el software que nos ofrecen o vamos preparando el bolsillo.
La realidad: una guerra por el mercado
Por tanto, en el mundo del software libre y del software privado, existen unos líderes que marcan las directrices en el desarrollo de sus productos y qué determinan que posible mejora incorporan a su producto y cuál es rechazada en función de su visión del mercado. Ellos marcan las directrices para obtener el éxito en la verdadera batalla que consiste en conseguir cuantos más clientes mejor y cuantas más instalaciones mejor.¿ Y qué mejor que generar un debate con ideas del tipo gratis y libre para captar mercado?. Realmente una muy buena estrategia de marketing por parte del software libre para arañar cuota de mercado al software privado.
Si observamos la evolución de algunos productos del software libre veremos cómo mantener el liderazgo en el desarrollo de un producto libre es algo que ocupa bastante tiempo para sus líderes, y en el momento que no hacen bien su trabajo puede surgir alguna variante de su programa que les acabe quitando el liderazgo, surgiendo así distintas variantes de un mismo programa o sabores.
En el software privado sucede igual. En este caso los propietarios de la empresa tienen que conseguir resultados (ventas) para poder mantener la empresa a flote. Ellos tienen que conquistar el mercado, y cuando eso no sucede, son despedidos y sustituidos por otros para conseguir hacer un hueco en el mercado con sus productos.
Pero claro, todo eso que venimos tratando en este artículo es el problema de los fabricantes de software. ¿Y qué tiene que ver este debate con la PYME?. Pues poca cosa, excepto captar su atención hacia un bando u otro. La realidad es bien distinta.
La PYME es la que decide qué programa es bueno y qué programa es malo. El usuario es el que determina si lo que ha instalado le vale o no le vale. Y a la PYME le da exactamente igual que sea software libre o software privado. El objetivo de la PYME es resolver sus problemas de la mejor forma al menor coste posible. Si su problema lo resuelve brillantemente el software libre pues estupendo. Si lo hace el privado, pues igual de estupendo.
En resumen, la PYME quiere el programa que mejor resuelva mis necesidades al menor coste posible y si es gratis, pues mejor que mejor. Y claro, lo que realmente ayuda a la PYME no es el debate, sino la dura competencia entre ambos bandos.
Lo interesante, por tanto, no es un debate entre software libre o privado. Es un debate entre productos buenos y productos malos. Y claro, en ambos bandos existen excelentes programas que son líderes del mercado. Por tanto, ¿software libre o privado?, ¡a mí qué más me da!.
Eso sí, nuestra recomendación es que no se fíen de mensajes generalistas atrayentes y embaucadores. Lo mejor que pueden hacer antes de comprar, es probar y probar tantos programas como pueda, gratis y no gratis y cuando vean aquel que mejor resuelve sus necesidades y mejor se adapta a su presupuesto, pues instálelo. En esas demos es donde muchos “fantásticos programas” que prometen el oro y el moro muestran su verdadero rostro.
Y si no tiene tiempo de probar pregunte a un experto. Seguro que se ahorra más de un disgusto.
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